Los narcisistas suelen carecer de empatía y tienen dificultades para comprender los sentimientos de los demás. Pueden ser manipuladores, controladores y egoístas, con un fuerte sentido del derecho. Los narcisistas también pueden ser exigentes o arrogantes y esperar un trato especial de los demás.
A pesar de su comportamiento grandioso, los narcisistas suelen sentirse inseguros y vulnerables. Esto es especialmente cierto cuando no reciben admiración o atención de quienes les rodean. Para hacer frente a este sentimiento de inseguridad, muchos narcisistas recurren a diversas formas de manipulación o incluso de abuso en un intento de controlar su entorno.
Los narcisistas suelen adoptar un comportamiento de “autopromoción”, es decir, hablan muy bien de sí mismos y exageran sus logros para ganarse la admiración de los demás. Se a menudo preocupados por su propio éxito, poder y atractivo.
En general, los narcisistas se centran en sí mismos y tienen dificultades para ver las cosas desde la perspectiva de otra persona. También pueden ser demasiado sensibles a las críticas y se ponen fácilmente a la defensiva o se enfadan. Esto puede provocar conflictos en las relaciones, ya que los narcisistas suelen tener dificultades para aceptar la responsabilidad de sus propios errores o defectos.
En lo que respecta a las relaciones, los narcisistas pueden ser difíciles de tratar debido a su falta de empatía y a su comportamiento manipulador. Es importante recordar que, aunque estos individuos puedan parecer seguros de sí mismos y exitosos en la superficie, en realidad experimentan un profundo sentimiento de inseguridad en el fondo. Por lo tanto, es importante reconocer los comportamientos narcisistas y establecer límites cuando sea necesario para mantener relaciones sanas.