El narcisismo es un trastorno complejo que puede tener efectos tanto positivos como negativos en un individuo. Aunque los narcisistas pueden disfrutar de la confianza y la atención que obtienen de su comportamiento narcisista, también sufren de formas que la sociedad suele pasar por alto. Este artículo ofrece una visión general de por qué y cómo sufren los narcisistas, así como algunos consejos para ayudarles a superar los retos a los que se enfrentan.
En el fondo, el narcisismo se basa en sentimientos de inadecuación e inseguridad. Los narcisistas tienden a sentir que no son lo bastante buenos o dignos de amor y aceptación. En el fondo, esto les conduce a una baja autoestima, que les lleva a buscar la validación de los demás mediante grandiosas muestras de superioridad. Necesitan validación y atención constantes para mantener la ilusión de su superioridad, pero esta necesidad de aprobación a menudo no se ve satisfecha. Como consecuencia, los narcisistas pueden sentirse aislados, ansiosos y deprimidos cuando sus fuentes de validación no están presentes.
Otra forma de sufrimiento de los narcisistas es la dificultad para establecer relaciones significativas. Puede ser difícil llevarse bien con los narcisistas, porque pueden carecer de empatía o respeto hacia los demás. También pueden ser excesivamente controladores o manipuladores para hacerse con el control de una situación. Esto puede provocar relaciones tensas con amigos, familiares y compañeros, así como sentimientos de soledad y aislamiento.
Los narcisistas también pueden tener dificultades para afrontar las críticas o los fracasos, debido a su excesiva implicación personal y a su grandiosidad. Cuando no se cumplen sus objetivos o expectativas, pueden ponerse a la defensiva e incluso agresivos. Esto puede provocar un mayor aislamiento, así como sentimientos de vergüenza y humillación.
Por último, los narcisistas pueden sufrir problemas de salud física debido a sus elevados niveles de estrés. El estrés puede provocar una amplia gama de dolencias físicas, como enfermedades cardiacas, derrames cerebrales y diabetes. Además, el estrés elevado a largo plazo se ha relacionado con un mayor riesgo de muerte prematura.