Mucho se habla en Disciplina Positiva del enfoque en soluciones, pero, a menudo, nos perdemos en tecnicismos y, al final, no llegamos a llevarlo a la práctica pese a ser una herramienta bastante manejable y práctica.
El enfoque en soluciones de la Disciplina positiva pone el foco en las decisiones tomadas en conjunto, es decir, por toda la familia, y NO en las decisiones tomadas solamente por los adultos.
De este modo, el enfoque en soluciones es una herramienta respetuosa y razonable que consigue involucrar a nuestros hijos y hacerlos parte de la solución. Si a esto le añadimos, la necesidad de pertenencia de los pequeños, el éxito está asegurado.
Estar dispuestos a ceder
El enfoque en soluciones presenta soluciones alternativas a las que hubiera tomado un padre o una madre, a menudo se hace una lluvia de ideas entre todos los miembros del núcleo familiar y se elige la alternativa que más acomode a todos. Esto implica que puede que el resultado final no sea de nuestro agrado, que al final se elija una opción con la que no contábamos, con lo cual debemos estar dispuestos a ceder y asumir que no siempre se van a hacer las cosas a nuestro modo.
¿Cómo empezar?
Podemos empezar a utilizar esta poderosa herramienta planteando una lluvia de ideas, con preguntas que inviten a la reflexión y a la misma búsqueda, tales como, ¿Cuál es el problema?, ¿Cuál podría ser la solución?, preguntas que generen la búsqueda activa, la colaboración, la posibilidad de dejar a un lado el autoritarismo de uno para conseguir la colaboración de todos.
Vamos a generar ideas que sean respetuosas para todos
De eso se trata al elegir este tipo de enfoque, que todos se sientan parte de un todo, que la voz de todos se sienta escuchada, que se genere valor en lo que tiene que decir la persona, que no siempre sea la palabra del mayor la única válida ninguneando e invisibilizando las restantes.
Hijos más autónomos y capaces
Este enfoque usado a largo plazo nos va a permitir disfrutar de un ambiente en el hogar más relajado y distendido, con hijos que aprendan a tomar decisiones a menudo, que aprendan a resolver conflictos, resolución de problemas y, en definitiva, hijos más autónomos, un bagaje imprescindible para sus vidas y que, seguro agradecerán a medida que vayan creciendo.
Los padres también necesitamos hijos autónomos, que sepan tomar decisiones y que no teman barajar alternativas, hijos acostumbrados a elegir la opción más conveniente para todos, respetuosos, empáticos, considerados, en definitiva, más capaces. La toma de decisiones es una habilidad esencial para la vida y es importantísimo aprender a manejarla de la mejor manera posible en un ambiente seguro, y qué mejor ambiente que en el hogar, donde pueden poner en práctica una y otra vez y conseguir así un buen dominio de la misma.