Motivación extrínseca: el impulso que viene de fuera
La Motivación es un aspecto fundamental en nuestra vida, ya que nos impulsa a lograr metas y alcanzar el éxito. Hay dos tipos de motivación: intrínseca y extrínseca. En este artículo nos centraremos en la motivación extrínseca, que es aquella que surge de factores externos a la persona.
¿Qué es la motivación extrínseca?
La motivación extrínseca se refiere a la influencia que tienen los estímulos externos en nuestra conducta y en nuestro deseo de lograr algo. Es decir, nos movemos hacia una meta o realizamos una actividad principalmente por las recompensas o incentivos que obtenemos de ella.
Un ejemplo claro de motivación extrínseca es cuando una persona estudia para obtener una buena calificación o para recibir el reconocimiento de sus padres, profesores o compañeros. En este caso, el estímulo externo (la calificación o el reconocimiento) es lo que impulsa a la persona a estudiar y es lo que le da sentido a su esfuerzo.
Tipos de motivación extrínseca
Dentro de la motivación extrínseca, podemos encontrar diferentes tipos según el tipo de recompensa o incentivo que se obtiene. Algunos de los más comunes son:
Recompensas materiales
Este tipo de motivación extrínseca se refiere a la obtención de bienes materiales como dinero, regalos, premios, entre otros. Por ejemplo, muchas personas trabajan arduamente en sus empleos para ganar un buen salario o para poder adquirir bienes de lujo.
Reconocimiento social
El reconocimiento social es otro tipo de motivación extrínseca muy poderosa. Sentirnos valorados y apreciados por los demás puede ser un gran incentivo para realizar determinadas acciones. Por ejemplo, un deportista puede estar motivado por el reconocimiento de sus seguidores o por ganar títulos y trofeos.
Expectativas de futuro
Muchas veces, la motivación extrínseca se basa en las expectativas de futuro. Por ejemplo, una persona puede estudiar medicina porque espera tener un buen trabajo y una vida económica estable en el futuro. En este caso, el estímulo externo es la perspectiva de un futuro prometedor.
La importancia de la motivación extrínseca
Aunque la Motivación intrínseca, que surge de nuestros intereses y pasiones internas, es considerada como la más valiosa y duradera, la motivación extrínseca también tiene su importancia.
En muchos casos, la motivación extrínseca puede ser el primer paso para despertar el interés intrínseco en una actividad. Por ejemplo, una persona puede empezar a practicar un deporte por el reconocimiento social que obtiene, pero con el tiempo puede desarrollar una verdadera pasión por la actividad en sí misma.
Además, la motivación extrínseca puede ser muy efectiva en situaciones en las que la tarea no es particularmente atractiva o interesante. Por ejemplo, un estudiante puede sentir poca motivación intrínseca por estudiar matemáticas, pero si se le ofrece una recompensa por obtener buenas calificaciones, es probable que se esfuerce más en la asignatura.
El papel de Gemma Albarracín como asesora en motivación extrínseca
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