Hay cosas en esta vida que son indiscutibles. Pese a que las personas solemos ver la vida de diferente manera, existen pequeñas (o grandes) cosas que suelen ser comunes. En este momento me referiré a la gran verdad, “cuando tienes un hijo la vida te cambia”. Indiscutiblemente, no da lugar a rebatir esta afirmación. Puede tener muchos matices, la vida te cambia, mucho, poco, para bien, para mal, diferente, pero te cambia. De ahí que es importante entender que nosotros necesitamos seguir cuidándonos.
¿Por qué? podríamos preguntar, ¿Qué pasaría si me permito “abandonarme” durante un tiempo?, bueno, (podría decir yo), cada cuál hará (al final), lo que buenamente pueda, pero, ¿Qué necesidad hay de abandonarse?
En realidad ninguna. Y argumentos para no abandonar el Autocuidado tenemos muchos. Argumentos para “abandonarnos” pocos. O ninguno. Tal vez, si acaso, la pereza, la desidia, pero eso no sería un argumento, sino, de nuevo una excusa.
¿Entonces qué hago? me encuentro aquí, con puntos (o sin ellos), dolida, remendada, cansada, agotada, decaída, sin ganas.
Puedes intentar empezar dando un primer paso. Pero, seguro, es el que más cuesta. Nadie te obliga a que sea un gran paso, con uno pequeñito basta. Es suficiente, pero no puedes dejarlo ahí, una vez hayas dado ese pequeño paso será más fácil continuar. Ya te digo que no es necesario que el primer paso sea costoso, es mejor que sea algo simbólico y cómodo para ti (pero que realmente sea un paso en pro del Autocuidado de ti misma), que te permita ganar confianza y seguir adelante con más fuerza.
Es necesario no dejarnos caer, no abandonar, no dejarlo, sea cual sea tu circunstancia de vida, hoy puede ser un día mejor (seguro lo será), si decides trabajar un poquito en tu Autocuidado. Seas madre (o no), tu alrededor lo agradecerá, si cuidas de ti misma te sentirás mejor y eso se trasladará a tus relaciones con los demás.
No lo dejes para mañana, hoy es un magnífico día para empezar. Si eres madre el Autocuidado es más que necesario (y si no lo eres también, pero si eres mamá, mucho más). Tus hijos necesitan una madre “en forma” (emocionalmente hablando). Que les apoye, comprenda, eduque como se merecen. Y seguro que quieres ser la mejor mamá para tus hijos. Empieza a cuidarte ya. Si no lo haces, ¿Cómo esperas estar bien, de buen humor, con paciencia, alegre, todo el tiempo? imposible. La crianza, sin duda, es agotadora, cuidémonos, démonos nuestro tiempo, es necesario e imprescindible, hagamos cosas que nos llenan, que nos gustan, que nos relajan y que nos hacen felices porque si no la vida pierde el sentido y nos metemos en un ciclo de trabajo-obligaciones que puede resultar agotador, frustrante y que puede desembocar (si no ponemos remedio) en problemas psicológicos más serios (depresión, distimia).
Haz lo que te guste (pasear, leer, jugar, saltar, correr, hacer deporte, escuchar música, maquillarte, meditar, lo que sea), lo que te llene y te cargue las pilas. No olvides que tus pilas debes cargarlas a menudo y debes hacerlo tú, es tu responsabilidad (no es egoísmo porque esta actitud estás haciéndola en pro de ti misma y para beneficio de los que te rodean pues si tú estás bien podrás cuidar de tus pequeños, pero si no lo estás será complicado, cuanto no imposible).
Recuerda, tu Autocuidado empieza hoy, debes iniciarlo por ti misma, un primer y pequeño paso es suficiente para empezar y salvar la barrera inicial, pero debes continuar, debes hacer el hábito, a diario, cuídate, date tu tiempo, mímate, y recarga tus pilas para estar en forma emocionalmente para la crianza (agotadora) y para vivir tu vida con más plenitud (y con más sentido). Es tu responsabilidad, es tu vida.