Hay una serie de pautas y hechos que marcan nuestra madurez emocional, ¿quieres saber si ya llegaste a tu madurez emocional? hoy te cuento cómo averiguarlo y qué hacer en caso de no haber llegado todavía a tu madurez emocional.

Vamos a ver una serie de signos y clave que denotan que ya tenemos una madurez emocional independientemente del aprendizaje que tengamos en nuestra vida.

Distinguimos entre madurez física (cuando alcanzamos la madurez sexual), de la madurez cerebral (a nivel biológico se han desarrollado todas las estructuras), de la madurez emocional que es la que nos ocupa, y sobre la que podemos incidir y trabajar.

¿Cómo saber si realmente somos una persona madura?

Somos capaces de tomar decisiones por nosotros mismos.

En algunas decisiones vemos que ya no nos ha influido nadie, ya no nos tienen que obligar, de alguna manera, ya no nos tienen que decir ciertas cosas, tomamos algunas acciones porque estamos convencidos que es lo mejor para nosotros sin terceras personas que nos influyan. Hay una toma de decisiones constantes en nuestra vida y muchas vienen instruidas desde fuera, lo que ocurre es que muchas veces no somos conscientes. Este es el primer paso para el cambio a la hora de madurar emocionalmente. Esto refleja el grado en que somos capaces de valernos por nosotros mismos.

Algunas decisiones nos van a hacer dudar

Van a probar nuestra inseguridad, muchas veces va a ser muy complicado decidirse, en este caso no existe una fórmula mágica para decidir la mejor opción, al final vamos a tener que guiarnos por nuestra intuición y cuanto más se sucedan este tipo de situaciones en nuestra vida, cuanto más lo llevemos a la práctica, más capaces seremos de tomar mejores decisiones, en base a la experiencia anterior adquirida. Intenta no precipitarte, esperar un poco, no es necesario tomar una decisión enseguida, intenta recabar toda la información que puedas y analizarla en frío, no cuando estés nervioso/a, enfadado/a etc. Deja que la situación se calme y retoma el análisis de la situación para tomar la mejor decisión en base a toda la información que tienes pero con calma y cabeza. Por último intenta dilucidar sus consecuencias y ver si son las que más te interesan. Una vez hayas tomado la decisión ten la responsabilidad de atenerte a las consecuencias que sucedan.

Ya eres capaz de responsabilizarte de ti mismo, de ti misma

No hay nada o poca cosa que hagan por ti, hay poco a lo que te puedan obligar, eres muy consciente de tu libertad e independencia, eres responsable de tus actos, eres responsable de ti, sabes muy bien lo que tienes que hacer y cómo lo tienes que hacer. Este punto es muy poderoso porque nos capacita, nos empodera como personas capaces. Es el punto culminante para impulsar tu valía, tu capacidad y asimilar que responsabilizarse de uno mismo es descubrirse. Esto nos da múltiples ventajas. Cuando tú te colocas en el centro de tu existencia y no estoy hablando de egoísmo, estoy hablando de autocuidado, de responsabilizarte de ti mismo, de no dejar para los demás lo que te corresponde a ti te importa poco lo que digan los demás, lo que puedan hacer, ya no eres una veleta a merced del viento, tienes personalidad propia, tienes capacidad propia, conoces tu valía, reconoces tu capacidad, te empodera hasta unos límites insospechados y es la puerta hacia tu sabiduría interior, hacia el crecimiento personal más absoluto, hay que responsabilizarse, solo así seremos conscientes de lo que somos capaces de hacer.

Perdonar el pasado

Para poder seguir adelante sin rencillas pendientes hay que perdonar el pasado, no podemos crecer teniendo cuentas pendientes en el pasado, hay que resolver nuestros asuntos pendientes para poder seguir adelante. A veces es más fácil perdonar a los demás que a nosotros mismos. Hay que perdonar, es bueno tomar un rato, sentarte y pensar en esa situación del pasado que te incomoda, que no supiste estar a la altura, practica la autocompasión, resuelve esos nudos para poder madurar emocionalmente y salir adelante.

Saber decir No sin sentirse culpable

Todos hemos pasado por momentos en los que, a pesar de ir en nuestra contra, no hemos podido decir no a algo, acuerdos, relaciones abusivas, cosas que no nos apetecen o que no queremos, hay mil cosas que no te van a gustar y vas a tener que decir que no y esto es símbolo de madurez emocional, estás marcando tus límites, te estás respetando, estás validándote como persona.

Tener una inteligencia emocional sólida

La habilidad más importante hoy en día que debemos trabajar y normalmente no lo estamos haciendo, la gente no sabe desarrollar su inteligencia emocional, validar tus emociones, conocer las emociones de los demás, las tuyas, gestionarlas. La inteligencia emocional debería ser una asignatura obligatoria en la escuela porque es lo que nos capacita para la vida. Hay que saber gestionar nuestras emociones y si no hemos tenido la suerte de crecer con una educación que haya favorecido esa inteligencia emocional es un trabajo extra. Es muy importante la educación temprana. Si no has tenido la suerte de tener esa educación es algo que hay que trabajar.