Los narcisistas tienen muchas debilidades, pero sus defectos más flagrantes pueden resumirse en dos categorías: falta de empatía e incapacidad para soportar las críticas. Aunque estos rasgos puedan parecer insuperables, es posible trabajar en torno a ellos si comprendes cómo operan en la mente del narcisista.
En primer lugar, los narcisistas son notoriamente poco empáticos. No ven a los demás y sus sentimientos como válidos o importantes, sino como obstáculos que se interponen entre ellos y lo que quieren. En otras palabras, los narcisistas sólo se preocupan de sí mismos y no de las necesidades de los demás. Por eso, al tratar con un narcisista, es importante abordar las situaciones con tacto para que tu se satisfagan las necesidades sin disgustar al narcisista. Por ejemplo, al intentar resolver un conflicto con un narcisista, es importante no hacer ataques personales ni juicios que puedan percibirse como amenazadores o irrespetuosos.
En segundo lugar, los narcisistas no soportan las críticas y se ponen a la defensiva si se sienten atacados. Esto se debe a su frágil ego y a su necesidad de ser constantemente validados por los demás. Para evitarlo, habla directa pero amablemente sobre el tema en cuestión e intenta ser comprensivo con sus sentimientos. También es importante recordar que, por mucho que discutas, no podrás cambiar el comportamiento de esa persona, así que no malgastes tu energía intentándolo. En lugar de eso, céntrate en encontrar una solución que funcione para ambas partes.